Blanca Viñas, fotógrafa
Who is Blanca Viñas? Born in Barcelona in 1987, she is the creator of images that are both captivating and disconcerting. By playing with randomness, escapism or overlapped photos, she transports us to a unique way of perceiving and presenting reality. Barcelonogy published a journey to different spots of the city through a selection of her images, now it is the time to get to know a little better who is this person behind a camera.
Barcelona is one of those places where many people want to be, but your pictures have a tendency towards escapism.
Barcelona is a city where large crowds often gather on specific areas that usually are the most touristic ones. At the same time, however, the city hides many unknown places that are the ones that strike me the most. I like the feeling of being a tourist in my own city by getting to know places that if I was a visitor I would probably not be interested in, or at least they would not be among my priorities. I interpret the action of shooting as if it was an exploration and when you are standing on new areas, it is easier to adopt this mentality.
And while you cultivate this sense of escapism, you also manipulate the images using peculiar techniques, as if you wanted to create your own reality.
Discovering new landscapes does not mean that I will necessarily like them or find them very attractive. I just use these scenarios as a starting point and then make my own interpretation of them. This might be an idealistic attitude and I guess that, at the same time, is very non-conformist. I find it difficult to adapt to what surrounds me.
How do you link escapism with randomness? The latter is also very present in your work.
Giving prominence to randomness implies to forget about controlling the final result, so it is an act of liberation in itself: escaping, once more, the imposed regulations and rules. Yet, even if randomness plays such an important role in my work, there are factors that must be controlled in order to prevent disasters. There is a constant learning process because this randomness behaves differently in each film.
You often photograph industrial and lonely landscapes, like the Prat de Llobregat or the Zone Franca, places where many locals have never been. How did you decide to go there? What captivated you the most in those atmospheres?
It is a continuation of this exploratory attitude that I commented above. Maybe it is also a way of questioning the need and the use that we do of this sort of spaces that a priori are not so attractive: they aren’t museums, they are not football stadiums, but if we accept that we live in a capitalist and consumerist society, we must also accept the existence of places like that. Perhaps I got to shoot these places in order to manifest this idea, at the same time that through these images, I communicate a message related to what is distressing, uncertain or solitary. I should also mention I visited the Prat de Llobregat because I wanted to submerge the film in the river in order to see how the chemical substances in it might affect the film: in this way, I wanted to offer a double exposure of the environment. I wanted to show the contamination in the river printed in those pictures. The truth is that the film inexplicably appeared intact; no strange chemical reacted with its emulsion. So, we will have to believe that it is a well-maintained environment. Surely, if I did that same experiment with some of the city’s sewers, the final result might have had a little extra added in it.
Of all the photos that you have made in Barcelona, of which are you most satisfied and to what extent do you think the place where you go to shot affects the results you get?
It is difficult for me to be satisfied with my own work when I am constantly looking for new results. When the latest ones are the most attractive, I forget about the previous ones. I am like kids that forget about their old toys when they get new ones. However, there are some that have really surprised me. For example, the one I took with the traffic lights at the end of Las Rambles (bellow), I still do not know how it came out, more than once I tried to reproduce it and it has been impossible.
After that, I am pleased with a series that I shot this summer; the images at the top offer different views of the city overlapped with maritime landscapes at the bottom. In this case, taking pictures from a boat allowed me to have a much more forceful perception of the immensity of the sea and, after that, to capture the city of Barcelona from a high and central point, turned those pictures into a happy accident.
Finally Blanca, tell me about your childhood in Barcelona. How does your inner child emerge when you’re working?
Perhaps the time has come to admit that I have not grown up yet and having my camera close is like having a toy. Taking photos, for me, is like a game and I win it when, from a film of 36, there are 2 or 3 interesting ones that come out.
I was a happy child, but a little introverted: if I played alone, it was according to my own rules, if I played with someone else, I would have to accept other people’s rules. When photographing, a similar thing happens, I am self-taught and I decide my own rules, if I choose to understand photography in this way is perhaps because I did not have thousands of things banned to me as a child and I don’t want to give up that freedom now. *
Barcelona es uno de esos lugares donde mucha gente quiere estar, pero tus imágenes tienen una tendencia al escapismo.
Barcelona es una ciudad que tiene grandes aglomeraciones de gente en puntos muy concretos, a menudo enfocados a la visita del turista. Al mismo tiempo, sin embargo, también se caracteriza por esconder rincones desconocidos, son estos los que me llaman la atención. Me gusta la sensación de ser un turista en mi propia ciudad llegando a conocer lugares que probablemente si fuera una visitante no tendrían interés o al menos no serían prioritarios. Interpreto la acción de fotografiar como si se tratara de una exploración, y cuando estás pisando zonas nuevas es más fácil adoptar esta mentalidad.
Y al mismo tiempo que cultivas este escapismo, también manipulas las imágenes mediante técnicas muy peculiares, como si quisieras crear tu propia realidad.
Que descubra paisajes nuevos no significa que estos me gusten o que me parezcan atractivos. Simplemente utilizo estos escenarios como punto de partida para luego hacer una interpretación propia. Es posible que se trate de una actitud idealista y supongo que al mismo tiempo inconformista. Me resulta complicado adaptarme a lo que me rodea.
¿Cómo vinculas el escapismo con el azar? También está muy presente en tu obra.
Dar protagonismo al azar significa olvidarse del control del resultado final, de forma que sigue siendo una actitud de liberación, de huir una vez más de normas y reglas impuestas. Sin embargo aunque el azar sea un participante más, hay factores que hay que controlar para evitar desastres. Se trata de un proceso de aprendizaje constante donde en cada carrete, el azar interviene de una manera diferente.
A menudo fotografías lugares industriales y solitarios, como el Prat de Llobregat o la Zona Franca, donde muchos barceloneses no han estado nunca. ¿Cómo decidiste ir? ¿Qué es lo que más te cautivó de aquellas atmósferas?
Sigue siendo una demostración de esta actitud exploradora que comentaba. Puede que también se trate de una manera de cuestionar la necesidad y el uso de estos espacios que a priori no son atractivos: no son museos, no son estadios de fútbol, pero si aceptamos que vivimos en una sociedad capitalista y consumista, también deberíamos aceptar la existencia de lugares como estos. Puede que la elección de estos paisajes, sea una manera de poner esta idea de manifiesto, a la vez que me sirven de escenario para comunicar un mensaje desolador, incierto y solitario. También tengo que decir que la visita al Prat del Llobregat tenía como objetivo principal sumergir un carrete en el río para poder dar una doble visibilidad del entorno. Es decir, explicar visualmente las características de la zona al mismo tiempo que demostraba la contaminación del río, inexplicablemente la película quedó intacto, no puedo demostrar que el río esté completamente limpio, pero ningún producto químico extraño reaccionó con la emulsión. Nos tendremos que creer que es un espacio cuidado. Seguramente si hiciera la misma prueba en algunas alcantarillas de la ciudad, el resultado tendría algún atractivo añadido.
De todas las fotografías que has hecho en Barcelona, ¿de cuáles estás más satisfecha y hasta qué punto crees que el lugar donde las hiciste tiene un papel relevante?
Es difícil estar satisfecho de las fotografías de un mismo cuando constantemente estás buscando nuevos resultados. Cuando las últimas son las más atractivas me olvido un poco de las anteriores. Soy como los niños que cuando tienen juguetes nuevos se olvidan de los viejos. Sin embargo sí que hay algunas de mis imágenes que en su momento me han sorprendido. Por ejemplo, la de los semáforos del final de Las Ramblas (abajo), aún ahora no sé muy bien cómo salió, más de una vez lo he intentado reproducir y ha sido imposible.
Después estoy contenta de una serie que hice este verano en la que en la parte superior aparecen diferentes visiones de la ciudad y en la parte inferior se observan horizontes marítimos. En este caso, hacer las fotos desde un barco me permitió tener una percepción mucho más contundente de la inmensidad del mar y las capturas de Barcelona hechas desde un punto céntrico y elevado también favorecieron el resultado final.
Finalmente Blanca, hablemos de tu infancia en Barcelona. ¿Cómo emerge tu niña interior cuando estás trabajando?
Quizás ha llegado el momento de reconocer que aún no he crecido y tener la cámara cerca es como tener un juguete, hacer fotos es un juego y gano cuando de 36 fotos que tiene un carrete, salvo dos o tres.
Fui una niña feliz, pero un punto introvertida: si jugaba sola podía poner mis propias normas, si jugaba con alguien debía aceptar las establecidas. Fotografiando me pasa lo mismo, si soy autodidacta y decido entender la fotografía de esta manera es quizá porque no me prohibieron nada y no quiero renunciar a esta libertad ahora. *
Qui és la Blanca Viñas? Nascuda a Barcelona el 1987, és la creadora d’imatges que són captivadores i desconcertants al mateix temps. Jugant amb l’atzar, l’escapisme o les superposicions ens transporta cap a una manera única de percebre i de presentar la realitat. Barcelonogy va publicar un viatge per diversos racons de la ciutat a través d’una selecció de les seves imatges. Ara ha arribat el moment de conèixer una mica millor la persona que hi ha darrere la càmera.
Barcelona és un d’aquells llocs en què molta gent hi vol estar, però les teves imatges tenen una tendència a l’escapisme.
Barcelona és una ciutat que té grans aglomeracions de gent en punts molt concrets sovint enfocats a la visita del turista. Al mateix temps, però, també es caracteritza per amagar racons desconeguts i són aquests els que em criden l’atenció. M’agrada la sensació de ser un turista a la teva ciutat i arribar a conèixer llocs que probablement si fossis visitant, no tindrien interès o com a mínim no serien prioritaris. Interpreto l’acció de fotografiar com si es tractés d’una exploració, i quan trepitges zones noves és més fàcil adoptar aquesta mentalitat.
I al mateix temps que cultives aquest escapisme, també manipules les imatges mitjançant tècniques molt peculiars, com si volguessis crear la teva pròpia realitat.
Que descobreixi paisatges nous no significa que m’agradin o que em semblin atractius. Simplement faig servir aquests escenaris com a punt de partida per després fer-ne una interpretació pròpia. És possible que es tracti d’una actitud idealista i suposo que al mateix temps inconformista. Em resulta complicat adaptar-me al que m’envolta.
Com vincules l’escapisme amb l’atzar? També està molt present en la teva obra.
Donar protagonisme a l’atzar significa oblidar-se del control del resultat final, de manera que segueix sent una actitud d’alliberació, de fugir un cop més de normes i de regles imposades. Tot i així, encara que l’atzar sigui un participant més, hi ha factors que cal controlar per evitar desastres. Es tracta d’un procés d’aprenentatge constant en què, en cada carret, l’atzar hi intervé d’una manera diferent.
Sovint fotografies indrets industrials i solitaris, com ara el Prat de Llobregat o la Zona Franca, on molts barcelonins no hi han estat mai. Com vas decidir anar-hi? Què és el que més et va captivar d’aquelles atmosferes?
Segueix sent una demostració d’aquesta actitud exploradora que comentava. Pot ser que també es tracti d’una manera de qüestionar la necessitat i l’ús d’aquests espais que a priori no són atractius: no són museus, no són estadis de futbol, però si acceptem que vivim en una societat capitalista i consumista, al mateix temps hem d’acceptar la seva existència. Pot ser que sigui una manera de posar-ho de manifest, al mateix temps que em serveixen d’escenari per comunicar un missatge desolador, incert i solitari. També haig de dir que la visita al Prat de Llobregat tenia com a objectiu principal submergir un carret al riu per poder donar una doble visió de l’entorn. És a dir, explicar visualment les característiques de la zona al mateix temps que demostrava la contaminació del riu. Inexplicablement, el carret va quedar intacte i no puc demostrar que estigui completament net, però cap producte químic estrany va reaccionar amb l’emulsió de la pel·lícula. Ens haurem de creure que és un espai cuidat. Segurament, si fes la prova amb algunes clavegueres de la ciutat, el resultat tindria algun atractiu afegit.
De totes les fotografies que has fet a Barcelona, de quina, o quines, n’estàs més satisfeta i fins a quin punt creus que el lloc on les vas tirar té un paper rellevant?
És difícil estar satisfet de les fotografies d’un mateix quan constantment estàs buscant nous resultats. Quan les últimes són les més atractives m’oblido una mica de les anteriors. Sóc com els nens, que quan tenen joguines noves s’obliden de les velles. Tot i així sí que n’hi ha algunes que en el seu moment m’han sorprès. La dels semàfors del final de La Rambla encara ara no sé gaire bé com va sortir: més d’un cop l’he intentat reproduir i ha estat impossible.
Després, estic contenta d’una sèrie que vaig fer aquest estiu, en la qual a la part superior es veuen diferents visions de la ciutat i a la part inferior es poden veure horitzons marítims. En aquest cas, fer les fotos des d’un vaixell em va permetre tenir una percepció molt més contundent de la immensitat del mar, i les captures de Barcelona fetes des d’un punt cèntric i elevat també van afavorir el resultat final.
Finalment, Blanca, parlem de la teva infància a Barcelona. Com emergeix la teva nena interior quan estàs treballant?
Potser ha arribat el moment de reconèixer que encara no he crescut i que tenir la càmera a prop és com tenir una joguina, que fer fotos és un joc i guanyo quan de trenta-sis fotos que té un carret en salvo dues o tres.
Vaig ser una nena feliç, però un punt introvertida. Si jugava sola podia posar les meves normes; si jugava amb algú havia d’acceptar les establertes. Fotografiant em passa el mateix: si sóc autodidacta i decideixo entendre la fotografia d’aquesta manera és, potser, perquè no em van prohibir mai res i no vull renunciar a aquesta llibertat.
Has gaudit d’aquest contingut?
Aquí pots donar suport a Barcelonogy:
O si ho preferiu, fer una aportació mensual: